Esta limpieza que os traigo en esta ocasión es habitual entre los indios Hopi, es una tribu a la que admiro mucho y que ha conseguido preservar sus valores y creencias con el paso del tiempo.

Los Hopi, son un pueblo nativo de Norteamérica asentados en Arizona. Se trata de los habitantes más antiguos de América. Tienen muy claro y presente en su memoria según ellos como llegaron a este planeta procedente de otro mundo y de que manera fueron trasladados a través del continente hasta donde están actualmente en “escudos voladores”; como ellos los llaman. Hay que señalar que aun conservan, de su antigua artesanía, muñecos o pequeñas figuras con más de 2.000 años de antigüedad,con casco y mono de astronauta que, según ellos, eran seres que venían de las estrellas con capacidad para manejar grandes bloques de piedra y hacer enormes edificaciones ,y que también hacían construcciones subterráneas.Estos seres se fueron, pero prometieron que volverían dejando muy claro a los Hopi, que eran los depositarios y portadores de una sabiduría y de un conocimiento sobrenatural, y el cual deberían trasmitir a la humanidad. Sabiduría que transmiten enseñanzas de la naturaleza y de cómo convivir con ella para mantener una esmerada conservación del planeta Tierra. Ellos insisten en tratar toda vida como sagrada; los animales, los árboles y vegetación, el agua, el planeta en entero, y tienen bastante claro e integrado en su día a día la existencia de un plan universal para la creación y conservación del mundo… de nuestro hermoso mundo. Las profecías Hopi, escritas en dos tablas de piedra que guardan desde hace más de 10.000 años, recogen toda una serié de instrucciones para vivir en paz y armonía con el universo,y en la que nos indican qué sucederá si esto no se respeta y cumple. Son nueve profecías que marcan el famoso final de los tiempos, del que también habla la biblia, Los Mayas, Nostradamus, o el reciente y conocido científico francés Jean Pierre Garnier Malet.
Dichas profecías Hopi, se han ganado hasta el respeto de la N.A.S.A. como así aparece reflejado en numerosos artículos de prensa Americana.
Limpieza de los indios Hopi.
Cuando ellos hacen esta limpieza, invocan a las estrellas y piden permiso a la luna y al sol por si en algún momento se altera algo en la naturaleza.
Vas a necesitar:
1 Rama o palo de árbol seco.
1 Jícara de agua de algún río.
1 Puñado de hojas de ciprés.
1 cuarto de cuenco utilizado de miel pura de abejas.
1 lienzo ( trozo de trapo blanco). no sirve de toalla.
1 Puñado de tierra roja.
¿Como vas a hacer la limpieza Hopi?
Llenar la jícara de agua , añadir un puñado de hojas de ciprés y la miel y remover todo con la rama de cualquier árbol que esté seco, y dejarlo reposar 24 horas. Pasado este tiempo se tomara la tierra roja y se humedecerá con este agua de forma que quede una especie de fango ligero, y reservando la mitad del contenido de la jícara. Untarse por la cabeza la mezcla de tierra, solamente la parte que cubre el cerebro y la nuca, dejarlo actuar durante 1 hora aproximadamente hasta que el barro se seque y posteriormente aclararlo con agua clara, tras haber limpiado el barro proceder a ponerse por encima de todo el cuerpo el agua reservada en la jícara, secarse con el lienzo blanco y vestirse con su ropas normalmente y listo.
Dejar secar el lienzo blanco en un árbol o cualquier planta que esté en plena naturaleza y a la semana ya habrá desaparecido las energías y pensamientos negativos.
Eres único, diferente de todos los otros.
Sin reserva ni duda, permito que estés en el mundo como eres, sin un pensamiento o palabra de juicio…
No veo error alguno en las cosas que puedas decir, ni hacer, sentir y creer porque entiendo que te estás honrando a ti mismo al ser y hacer lo que es verdad para ti.
No puedo recorrer la vida con tus ojos ni verla a través de tu corazón.
No he estado donde tu has estado ni experimentado lo que has experimentado, viendo la vida desde tu perspectiva única.
Te aprecio exactamente como eres, siendo tu propia y singular chispa de la Conciencia Infinita, buscando encontrar tu propia forma individual de relacionarte con el mundo.
Sin reserva ni duda, te permito cada elección para que aprendas de la forma que te parezca apropiada.
Es vital que seas tu propia persona y no alguien que yo u otros piensen que “deberías” ser.
En la medida de mi capacidad, sin denigrarme o ponerme en un compromiso, te apoyaré en eso.
No puedo saber lo que es lo mejor para ti, lo que es verdad para ti o lo que necesitas, porque no sé lo que has elegido aprender, cómo has elegido aprenderlo, con quien o en qué periodo de tiempo.
Solo tu puedes sentir tu excitación interna y escuchar tu voz interna – yo sólo tengo la mía.
Reconozco que, aunque sean diferentes entre si, todas las maneras de percibir y experimentar las diferentes facetas de nuestro mundo, todas son válidas.
Sin reserva ni duda admito las elecciones que hagas en cada momento.
No emito juicio sobre esto porque es imprescindible que honre tu derecho a tu evolución individual, porque esto da poder a ese derecho para mí y para todos los otros.
A aquellos que elegirían un camino que no puedo andar o que no andaría, y aunque puede que elija no añadir mi poder y mi energía a ese camino, nunca te negaré el regalo de amor que Dios me ha concedido para toda la creación.
Como te amo, así seré amado.
Así como siembro, recogeré.
Ley Hopi.
Espero que os sirva.
María Mayor. Septiembre de 2015